Loca por viajar sin pandemia

Soy una loca viajera que me gusta descubrir nuevas formas de ver la vida y crecer. 

Desde hace dos años que llegó el covid me recluí en mi mundo.  Decidí viajar a Bahamas hace muchos meses. En mayo del año pasado.  Estaba pasando el peor trance de mi vida. Mi madre se estaba muriendo, horror, y pensé que iba a ser una forma de superar el dolor, desconexión total y con la pandemia relajada. 

No te crees expectativas, ni para viajar ni para nada, es mejor, nunca se cumplen.  Lo que la vida te dé, no retos, hay que dibujar bonitos caminos. Así no hay frustraciones.

Había que ir a Bahamas en Reyes..  Ya estaba todo preparado.  Un reto loco, me dije, pues vamos a por ello. Contrafóbica , que dice mi amiga Ale.  Significa, hay miedo, pues ponte enfrente de él.  De momento empecé el viaje con mucho miedo y sin mi hija que se quedó en tierra, por culpa del dichoso virus.   Pero en los viajes siempre encuentras a locas que están peor que tú jajajja y que te animan en la aventura. Y expertas viajeras como Cris que con 17 años ya se ha recorrido medio mundo.

Viajar con el susto metido en el cuerpo es contraproducente para la salud física y mental. La hija de Ana y su pareja se quedaron en Miami por el covid y se perdieron el crucero por Las Bahamas. Menos mal que antes de subir al barco nos hicieron un test de antígenos a todo el pasaje. Es una gran putada estar en Miami y quedarte encerrada en el hotel.

Miami, lo cuento en «Locas por Bahamas» me gustó; es como estar en casa. Todo el mundo te entiende. Tienen una Giralda, su Estatua de la Libertad, y se pueden comer tapas. Lo de Miami Vice, lo del sexo y las drogas que me contó el chófer, yo no lo vi, ni tampoco me interesaba. Me interesaba más saber cómo Miami se ha convertido en el puerto de cruceros más importante del mundo. Y cómo viven los pobres y los ricos.

Miami Beach
Miami es una ciudad vibrante y te sientes como en casa

Y de Miami en crucero hasta Nassau capital de Bahamas. Es uno de los países más ricos de América del Norte y de las 700 islas, 24 de ellas están habitadas. 

Después de disfrutar de una de estas islas con aguas espectacularmente azules y playas rosadas, había que ponerse de punta en blanco para la boda de Cris Y Jose.  Tengo que reconocer que me emocioné.  Después de posponer la boda en varias ocasiones por la pandemia y con el traje de novia guardado en el armario durante dos años, por fin llegó el momento.  ¡¡Y a 6.900 km de nuestra casa!!

Ahí pensé yo también me quiero casar. «Estáis dispuestos a amaros y respetaros mutuamente durante toda la vida»  Siii quiero por favor. Escúchalo en el segundo episodio del podcast.

Lo que peor llevé es eso de estar en una isla de ensueño tirada en la arena perdida en alma y espíritu y tener que salir corriendo porque una tormenta imprevista te pone chorreando. Todo suma – me decía para venirme arriba- así tienes más historias que contar jjjjjjj

En el avión de vuelta a casa Miami-Madrid estuve a punto de montar una revolución en el avión con otras pasajeras. Pues no van y nos dicen que nos vamos a pasar las 9 horas de vuelo sin video, sin pelis y sin conexión a internet. 9 horas sentada sin moverte con un menda al lado y con la mascarilla puesta. Me iba a dar algo,… un poquito de ansiedad… y algo me tengo que inventar.

Hablo con mi compañero de asiento (el menda), un loco por amor por una rubia de Medellín que también volvía a casa. Ese es el final apotéosico de «Locas por Bahamas».

Y no te lo vas a creer. En los 15.000 kilómetros recorridos he estado con un «sinvivir» por la pandemia y cuando llego a casa, sana y salva, me ataca la ómicrom española. Es para matarse o no es para matarse.

Así que ya recuperada y cuando mi voz vuelve a tener sus tonos y ritmos habituales, limpia y clara y sin mocos, vuelvo al micrófono para contar esta aventura loca de «Locas por Bahamas».

¿Próximo destino? Por aquí cerquita jajajaja

Perdida en alma y espíritu en Nassau
Perdida en alma y espíritu por Nassau

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